San Salvador. La Unidad Especializada contra el Tráfico Ilegal de Personas y Trata de Personas de la Fiscalía General de la República reportó las primeras cinco personas condenadas en dos casos diferentes del 2010.
En el primero de los casos, la Unidad Especializada logró la condena de José Roberto Mendoza Mejía a cuatro años de prisión por el delito de Tráfico Ilegal de Personas, en perjuicio de una víctima que goza de régimen de protección.
Las investigaciones fiscales concluyeron que el implicado había ofrecido llevar a la víctima a los Estados Unidos de América, evadiendo los controles migratorios, a cambio de una fuerte cantidad de dinero.
Mendoza Mejía no pudo cumplir con lo prometido y el ofendido interpuso la denuncia en sede Fiscal. La condena fue emitida el pasado 7 de enero, por el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador, quien ordenó además que pagara tres mil dólares a la víctima, en concepto de responsabilidad civil.
Condenas por violación
El jefe de la Unidad, David Acosta, explicó que en la segunda sentencia se había logrado condenar a cuatro personas por los delitos de violación agravada y otras agresiones sexuales, en detrimento de una menor.
Los implicados Abel Noyola y Raúl Humberto Tepas fueron sentenciados a 13 años de cárcel por el delito de violación agravada en perjuicio de una menor que había sido invitada por Sandra Noyola a su casa, ubicada en el municipio de San Juan Opico departamento de La Libertad, para dormir, ya que al siguiente día iba a consulta en el Hospital de Santa Ana y necesitaba que la acompañase.
Sandra Noyola, fue condenada a ocho años de prisión por habérsele comprobado que le había dado un somnífero a la víctima, para que los condenados por violación agravada entraran a su vivienda y abusaran sexualmente de ella.
Acosta indicó que la menor, a pesar de estar bajo los efectos de un somnífero, se pudo dar cuenta que los hombres habían entrado, pues la droga no había hecho efecto totalmente. Además, escuchó una llamada que había realizado la implicada indicándoles que “ya estaba lista para que entraran”.
Las investigaciones fueron amplias y determinaron que la menor había sido abusada anteriormente por su padrastro, quien responde al nombre de Enrique Hernández, que fue condenado a seis años cuatro meses de prisión, por el delito de Otras Agresiones Sexuales.
La fiscalía estableció que cuando la víctima fue a pasar consulta con su madre por el constante sangrado a causa de la violación, fue que decidió contar todo a un especialista. La niña ya había advertido a su progenitora que su padrastro le había tocado, pero ésta no le creyó.
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